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lunes, 7 de marzo de 2022

Perritos calientes con pan hokkaido

Me encanta el pan hokkaido, lo he hecho en varias ocasiones y se ha convertido en nuestra receta favorita para hacer pan de hamburguesa o de perrito. La receta es de Pimienta dulce blog, mi blog favorito para hacer pan. Los ingredientes que vamos a necesitar son:



Comenzamos preparando el thang zhong y para ello ponemos el agua y la harina en una sartén a fuego medio y removemos hasta que la masa llegue a los 65º y se forme una papilla. Reservamos tapándolo (piel con piel) con film trasparente y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente.


Para la masa ponemos todos los ingredientes (recuerda que usamos solo medio huevo para la masa), menos la mantequilla, en el bol y de la batidora con el gancho y comenzamos a amasar a velocidad medio-baja durante unos diez minutos, hasta que la masa coja cuerpo. Es el momento de ir añadiendo la mantequilla fría en trozos pequeños y continuamos batiendo con el gancho unos 20 minutos hasta que se desarrolle el gluten. Ponemos la masa en un bol, tapamos y dejamos que doble su tamaño (más o menos durante una hora)


Una vez haya doblado la masa la pasamos a una superficie con un poco de harina y la desgasificamos (la aplastamos con la mano) Dividimos en cuatro porciones del mismo peso. Formamos un rectángulo con cada porción de masa y la enrollamos sobre sí misma para formar el pan. Repetimos con cada porción de masa y colocamos en una bandeja de horno con papel para hornear. Cubrimos con un paño y dejamos que vuelva a levar.


Pintamos con el resto de huevo batido y llevamos la bandeja al horno precalentado a 180º con aire unos veinte minutos o hasta que estén dorados. Una vez fuera del horno pasamos a una rejilla para que se enfríen por completo. Servimos con unas salchichas acompañadas de ketchup y mostaza y los complementos que más nos gusten.
Podemos usar esta misma receta para hacer pan de hamburguesas (simplemente en vez de enrollar la masa sobre sí misma la boleamos)



lunes, 22 de febrero de 2021

Brioche

 

He de reconocer que no soy muy diestra a la hora de hacer pan ya que no suelo hacerlo en casa pero a raíz del confinamiento y gracias a un grupo de amigas me he ido animando a hacer algo de panadería casera. Uno de los panes que he hecho ha sido un delicioso y suave brioche. Después de ver varias recetas me decidí por la de El rincón de los postres y ha sido todo un éxito. Los ingredientes que vamos a necesitar son:

Comenzamos haciendo un prefermento mezclando en un bol la leche tibia (no caliente) con la levadura y los 60g de harina de fuerza. Mezclamos bien hasta que se integren todos los ingredientes, tapamos con film en un lugar cálido hasta que doble su volumen.

Una vez haya doblado la incorporamos al bol de nuestra amasadora junto con el resto de la harina, la sal y los huevos. Comenzamos a amasar unos diez minutos antes de incorporar el azúcar glas tamizado. Continuamos batiendo unos diez minutos más antes de incorporar poco a poco la mantequilla cortada en cubitos. 

Ahora hay que amasar hasta que toda la mantequilla se incorpore y nos quede una masa elástica y lisa. Formamos una bola y colocamos la masa en un bol grande engrasado con un poco de aceite. Lo tapamos con film trasparente y lo dejamos levar una hora en un lugar cálido antes de llevarlo a la nevera toda la noche.

A la mañana siguiente sacamos la masa de la nevera y la dejamos en un lugar cálido (yo lo pongo en el horno apagado) una hora y media. Sacamos la masa, la descalificamos con los dedos y formamos tres bolas (yo las he pesado para que tengan el mismo peso) Las pincelamos con huevo, las colocamos en un molde grande engrasado, lo tapamos y lo dejamos levando hasta que doblen su volumen. 

Una vez hayan doblado volvemos a pincelarlas con huevo batido con cuidado. Metemos el molde en el horno precalentado a 180º para cocinarlo durante unos 30 minutos (para que no se dore demasiado por arriba yo coloco una bandeja en la parte superior) Una vez fuera del horno, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. Ya tenemos un pan casero para disfrutar solo o acompañado.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Gua Bao con pulled pork



Me encanta preparar cenas en casa para mis amigos, probar recetas nuevas y ver con qué les puedo sorprender. Hace ya un par de semanas se me ocurrió hacerles estos deliciosos panes bao rellenos de cerdo deshilachado que había visto en Las rectas de MJ. Son mucho más sencillos de preparar de lo que creía y el resultado es espectacular así que ahí van los ingredientes que necesitaremos:


Comenzamos marcando la pieza de carne en una olla con un chorrito de aceite bien caliente. Una vez dorada por todos lados la sacamos y añadimos los ajos, el jengibre rallado, los anises y la cucharadita de 5 especias chinas. Removemos bien e incorporamos media cebolla roja picada, 60ml de vino de arroz, una cucharada de salsa de soja, dos de salsa de ostras, una de aceite de sésamo y tres de azúcar. Removemos bien y añadimos de nuevo la pieza de carne. Cubrimos con agua y cerramos la olla exprés. Desde que suena el pitorro de la presión la dejamos a fuego medio durante dos horas.


Cuando termine de cocinarse la carne la sacamos de la olla y la dejamos enfriar para poder desmenuzarla. Colamos el caldo y lo dejamos reducir durante 30 minutos a fuego medio. Le incorporamos carne y dejamos que se siga reduciendo la salsa durante 15 minutos más.
Para preparar los pepinos marinados los cortaos en láminas finas y las colocamos en una bandeja. Le echamos una cucharada de sal en escamas y dos de azúcar, lo removemos bien y lo dejamos en la nevera unos 20 minutos.


Para preparar los panecillos echamos dos gramos y medio de levadura seca en 125ml de agua tibia. Removemos bien, añadimos 15 gramos de azúcar y lo dejamos reposar 5 minutos. En un bol grande pondremos la harina y el bicarbonato, lo mezclaremos y haremos un hueco en el centro para ir incorporando poco a poco el agua con el azúcar y la levadura. Vamos mezclando con unas varillas hasta conseguir una masa más compacta que terminaremos de amasar con las manos. Sacamos del bol y amasamos hasta conseguir una masa lisa y poco pegajosa. Haremos una bola y la dejaremos reposar en un bol tapado con un paño húmedo durante 20 minutos. 


Enharinamos la superficie de trabajo, cortamos porciones de masa de 30 gramos y les damos forma de bola. Con ayuda de un rodillo le damos forma ovalada y las doblamos por la mitad colocando un trocito de papel de hornear en medio para que no toque masa con masa y así no se nos peque al cocinar. Lo dejamos reposar en una bandeja otros 20 minutos. Para hacerlos al vapor ponemos un caldero con agua hirviendo del tamaño de nuestra vaporera de bambú. En la base ponemos papel de hornear y colocamos los panecillo con el papel en medio sin que se toque entre ellos (los haremos en varias tandas) Los tapamos y dejamos cocinar unos 5 minutos (dependiendo del tamaño del gua bao) hasta que se hinchen y queden esponjosos. 


Una vez hechos los sacamos de la vaporera, retiramos el papel del centro con cuidado y los rellenamos con el pepino macerado, la carne deshilachada, unos gajos de cebolla morada, iros cacahuetes fritos y alguna hoja verde (cilantro, perejil o lechuga) Ya tenemos unos bocados deliciosos difíciles de resistir. Repetiremos este proceso hasta terminar de preparar todos los panecillos (unos 10 o 12 más o menos)


miércoles, 4 de marzo de 2015

Bocadillos de cerdo deshilachado con salsa de whisky y caramelo


La verdad es que esta receta es producto de un pequeño desastre y viendo el resultado sólo tengo que decir bendito desastre!! Quería repetir las deliciosas costillas que preparé con salsa de whisky y caramelo pero por querer ir más rápido las hice en la olla express y se deshicieron (la carne se separó del hueso, todo un desastre)


Ya tenía la salsa preparada para macerar las costillas así que me dispuse a preparar unos suculentos bocadillos para la cena y he de decir que los pienso preparar en más de una ocasión. Para hacerlos vamos a necesitar


Podemos comprar los panecillos de hamburguesa o hacerlos caseros. Como veréis, los míos son caseros y la receta la tenéis aquí. Para conseguir esta carne deshilachada de cerdo ponemos las costillas, la cebolla, la sal, el azúcar moreno, el vinagre y el agua en la olla exprés y lo dejamos cocinar una media hora (desde que comience a soltar vapor por el pitorro)


Mientras tanto prepararmos la salsa y para ello ponemos el whisky, el dulce de leche, la sal, el azúcar moreno y la salsa worcester en un cazo y la llevamos a ebullición. La dejamos reducir hasta que comience a espesar y retiramos del fuego.


Una vez podamos abrir la tapa de la olla sacamos la costilla y la dejamos atemperar para poder deshilacharla con los dedos, veréis que la carne prácticamente se deshace. Ponemos la carne en una sartén y la cocinamos con un par de cucharadas de la salsa. 


Cortamos los panecillos, ponemos una buena cantidad de carne en cada uno, le añadimos una cucharada de salsa y lo cubrimos con un puñado de queso rallado para fundir. Lo llevamos al horno con la función de gratinado y esperamos hasta que el queso se funda. Lo servimos inmediatamente.

domingo, 6 de julio de 2014

Hamburguesas y nuestro viaje a Nueva York y alrededores


En junio volvimos a visitar la costa este americana. Desde que estuvimos la primera vez le decía a mi amigo Pedro "tienes que ir a Nueva York" y él siempre me contestaba "cuando vaya iremos juntos" y así fue. Las navidades pasadas planteamos la idea de ir a Nueva York, pero ya que estábamos allí podíamos aprovechar y dar un salto a la capital americana y alguna que otra ciudad que nos pillara de camino. La otra vez me quedé con ganas de ver más de Washington así que aprovechamos y nos quedamos dos días completos es esta grandiosa ciudad. En estos dos día visitamos sus numerosos monumentos y memoriales como el de Washington, Roosevelt, Jefferson, Lincoln, Marthin Luther King, a los caídos en las guerras mundiales, el Corea, en Vietnam... (estos americanos se meten en todos los fregaos), el Capitolio con su impresionante biblioteca y el famoso cementerio militar de Arlington en donde se encuentra la tumba de Kennedy. 


De vuelta a Nueva York hicimos una primera parada en Baltimore, en donde además de degustar sus famosos cangrejos con su típica cerveza, paseamos por el muelle (antes de que nos pillara la lluvia de lleno)


La última parada antes de llegar a la gran manzana fue Philadelphia, una de las ciudades más antiguas del país y su primera capital en donde se firmó la declaración de independencia. Aquí la lluvia nos perseguía y con saña (pocas veces he visto llover tanto, incluso nos llegaron alertas al móvil para avisarnos de la fuerte tormenta) Estuvimos en el Independence Hall, paseamos por sus calles, incluida la zona de chinatown y subimos las escaleras del museo de historia (famosas por salir en la película de Rocky) Como no podía ser de otra forma, también visitamos su antiguo mercado en donde degustamos los famosos bocadillos cheese philly steak (una delicia cargada de grasa)


Y llegamos al plato fuerte del viaje, la ciudad de los rascacielos por antonomasia. Una ciudad vibrante en la que nunca te aburres (o por lo menos yo nunca lo hago) Cargada de emblemáticos edificios, tiendas en las que arruinarte, parques por los que perderte o museos en los que disfrutar. Ya hemos estado dos veces y seguro que al menos una tercera caerá (si puede ser en navidad)


Paseamos por Central Park, cogimos el ferry a Staten Island para ver de cerca la estatua de la libertad, cruzamos el puente de Brooklyn, subimos a la cima del Top on the Rock para ver un espectacular atardecer, comimos en Central Station, nos adentramos en el Bronx, nos emocionamos en el memorial a las víctimas del 11S, visitamos barrios como Chinatown, Little Italy, Soho, Tribeca,  ... hicimos yoga (o lo intentamos) en Bryant Park, visitamos la Bolsa (a ver si pillábamos algo), nos deslumbramos con las luces de Time Square, nos comportamos como niños en jugueterías tan emblemáticas como la FAO Schwarz e incluso le pedí un diamante a mi marido delante de Tiffany´s entre otras muchas cosas. Como veis este viaje no ha tenido desperdicio y es que la Gran Manzana no tiene desperdicio.


En cuanto a compras qué os voy a decir, la tarjeta tiene que estar bien cargada ya que aunque muchas de las cosas son más económicas que aquí, hay tanto donde elegir que no tienes suficiente espacio para llevártelo todo y os lo digo por experiencia ya que tuve que comprar un bolso para traer muchos cacharritos y moldes que compré. 


Visité muchas tiendas y de todas ellas he de destacar la de Le Creuset (habían cosas hasta con el 60% de descuento, lástima que las cacerolas pesen tantísimo), la tienda de William Sonoma cerca de la 5ª Avenida, Sur le table, Whisk justo al lado del Flatiron o Fishs Eddy que está en el 889 de Broadway. Compré de todo y no sólo en estas tiendas sino en otras más pequeñas que encontraba por ahí. La verdad es que disfruté como una enana.


Pocos meses antes había viajado a Nueva York mi queridísima Juana y me insistió mucho que fuera al Chelsea Market. La verdad es que me quedé impresionada ya que no lo conocía. Es un precioso mercado lleno de tiendas gourmet y en donde se puede degustar una deliciosa comida. Nosotros nos decantamos por una sabrosa clam chowder y la langosta a la mantequilla (qué delicia!!)


Nueva York es una ciudad cargada de cultura y esto se ve en la gran variedad de restaurantes que puedes encontrar, desde un archiconocido italiano hasta un restaurante especializado en comida etíope. Sus calles están repletas de camiones de comida en los que se sirven además de los típicos hoy dogs, una variedad de platos y bocadillos increíbles (más de una vez nos acercamos atraídos por sus olores) Visitamos mercados locales y las llamativas tiendas de chinatown. Comimos comida callejera, probé los famosos cannoli en Little Italy, la pizza de la famosa Famiglia, las hamburguesas y el batido del ahora tan de moda Shake and Sack, perritos callejeros, más de una sabrosa ensalada y algo de shushi entre otras muchas comidas. 


Como veis, este viaje ha dado para mucho y en tan buena compañía la verdad es que se disfruta el doble. Llegamos a casa y me para ver las fotos del viaje con mis hermanas preparé una de las comidas que mas relacionamos con la cocina americana, sus famosas hamburguesas. 


Este año nosotros repetimos en un local que nos gustó mucho la primera vez que estuvimos en Nueva York, las deliciosas hamburguesas del Jackson Hole así que intenté recrearla en casa y he de decir que nos encantaron!! Comenzamos preparando los panecillos. Para hacerlos me he guiado de la receta de Webosfritos


En un poco del agua tibia disolvemos la levadura (cuidado con calentar mucho el agua que nos cargamos los principios activos de la levadura) En un bol mezclamos la leche, el resto del agua, el aceite y el huevo batido. En el bol de la batidora ponemos la harina, el azúcar, la sal y hacemos un hueco en medio para incorporar la mezcla de los ingredientes húmedos y la levadura disuelta en el agua. Mezclamos muy bien y comenzamos a amasar con ayuda de la máquina unos diez minutos hasta conseguir una masa elástica y un poco pegajosa. La pasamos a un bol grande engrasado. Cubrimos con un paño y la dejamos levar hasta que doble su volumen (al menos hora y media)


Una vez doblado su volumen sacamos la masa y le sacamos el aire amasando. Dividimos la masa en porciones (podemos hacer 8 panecillos de unos 100 gramos cada uno o 6 panecillos más grandes, de unos 130 gramos cada uno) Formamos una bola con cada porción de masa (el video de webosfritos está muy bien para ver cómo amasar) y las colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno. Aplanamos un poco cada bola y la cubrimos con un paño para que vuelvan a levar el doble de volumen (una hora más o menos). Descubrimos nuestros panecillos y los pincelamos con agua (cuidado con no pincharlos para que no se desinflen) espolvoreando encima de cada uno un buen puñado de semillas de sésamo (se caen muchas tras el horneado así que no escatimar) Los metemos en el horno precalentado a 200º, pulverizamos el horno con agua y los horneamos entre 12 y 15 minutos, hasta que se doren. Durante el primer levado de los panecillos podemos preparar nuestras hamburguesas y para ello me he fijado en la receta de Kanela y limón.


Salpimentamos la carne y la mezclamos con el resto de ingredientes hasta incorporarlos. Dividimos en porciones (6 u 8, depende del número de panecillos que hayamos hecho) formando bolas que aplastaremos con la mano y en cuanto estés nuestros panecillos las haremos en la parrilla. Al darles la vuelta les pondremos una loncha de queso para que se funda.


Para montar las hamburguesas podemos usar varios complementos. Yo en esta ocasión las he servido con lechuga, una buena rodaja de tomate, unas lonchas de bacon crujiente y un huevo a la plancha, toda una delicia.


Estaban tan jugosas que casi ni necesitaban salsas, pero si como a mí os gusta un buen pringue con ketchup y mostaza ya sabéis lo que tenéis que hacer. La verdad es que no hay nada como hacer tus propias hamburguesas en casa así que os animo a prepararlas y ya me contaréis qué os ha parecido.


domingo, 28 de octubre de 2012

Bollitos de poolish de yoghurt (Mi primera experiencia con el pan)

Desde que comencé con este blog uno de los primeros retos que me propuse fue el de hacer pan en casa. El domingo, haciendo balance de lo que había aprendido en este primer año me dije que era una cobarde, que como era posible que me diera miedo preparar pan en casa. Y la verdad es que me daba cierto respeto eso de la masa madre, los levados y el amasar. No me veía capaz (menuda cobardica, jajaja)


En cuanto vi la receta de Lidia de Atrapada en mi cocina supe que había llegado el momento. Fuera complejos y las manos en la masa. Compré los ingredientes y me puse a ello. La verdad es que no me resultó tan complicada, aunque algunas dudas me surgieron en el camino, y la verdad es que el resultado merece la pena.


Ingredientes para unos 15 bollitos
  • 500g de harina de fuerza
  • 10g de sal
  • 225ml de agua
  • 5g de levadura fresca
  • 200g de poolish de yogurth
Ingredientes para la poolish de yoghurt
  • 100g de harina de fuerza
  • 125g de yoghurt natural
  • 5g de levadura fresca 
  • 50ml de agua
No tengo fotos del paso a paso porque con lo concentrada que estaba se me olvidó, pero es muy sencillo.


En primer lugar tenemos que preparar la poolish de yoghurt y para ello disolvemos la levadura fresca en el agua. Le añadimos el yoghurt natural y la harina y lo removemos bien hasta que no quedan grumos. Tapamos el recipiente con un trapo húmedo durante tres horas a temperatura ambiente o lo tapamos con papel film y lo dejamos reposar toda la noche en el frigorífico. Esta segunda opción es la que elegí yo.
A la mañana siguiente me puse con la masa. Juntamos todos los ingredientes de la masa salvo la levadura y le añadimos la poolish de yoghurt directamente del frigorífico. Lo amasamos bien y finalmente le incorporamos la levadura. Amasamos hasta que se incorpore y tapamos el recipiente con un trapo húmedo durante quince minutos.


Transcurrido este tiempo, dividimos la masa en quince porciones de unos 60 gramos cada una. Le damos forma de bolitas con las manos y las colocamos en dos bandejas de horno, dejando bastante separación entre ellas ya que con el levado pueden juntarse. Las tapamos con un paño húmedo y las dejamos reposar durante hora y media.


Media hora antes de que termine el levado de los bollitos precalentamos el horno a 250º con un recipiente lleno de agua en su interior para que vaya creando vapor. Una vez transcurrida la hora y media, hacemos un corte en la parte superior de cada uno con la ayuda de unas tijeras, pulverizamos los bollitos con un poco de agua y metemos las bandejas en el horno (yo preferí hacerlo de una en una) y cocinamos unos 15 minutos o hasta que veamos que adquieren un color dorado.


Como veis no es muy complicado de hacer y lo bien que huele la cocina cuando salen del horno no tiene precio. Dan ganas de comérselos recién salidos (alguna quemadura me hice intentándolo) y son perfectos para acompañarlos de una buena mermelada durante el desayuno o con algo de embutido para  una cena rápida. ¿Qué os apetece más?