Muchas mañanas me siento ante el ordenador sin tener en mente lo que voy a preparar para el almuerzo de ese día. Visitando el fantástico blog de El pucherete de Mari vi esta receta y fue amor a primera vista.
No soy una gran amante de las anchoas, me resultan un tanto fuertes de sabor, pero viendo las fotos de esta especie de pizza provenzal no pude resistirme. Si buscamos Pissaladière en Wikipedia veremos que se trata de una especialidad gastronómica de Niza y la Costa Azul en Francia y de la región italiana de Liguria. Se trata de una coca parecida a la pizza italiana salvo por la ausencia de tomate. La masa se cubre con cebollas confitadas, una pasta de anchoas y aceitunas negras para decorar.
En primer lugar preparamos la masa. Batimos en huevo y lo ponemos en un vaso medidor para completar 150 ml con agua. En un cuenco amplio ponemos la harina de fuerza, la levadura, la sal y el azúcar. hacemos un hueco en el medio y añadimos los líquidos. Amasamos hasta conseguir una masa suave y elástica. Tapamos el cuenco con un paño y dejamos reposar la masa durante una hora aproximadamente o hasta que veamos que duplica su tamaño.
Mientras fermenta la masa prepararemos el relleno. Cortamos las cebollas el lonchas lo más finas posible. En una sartén grande ponemos un chorrito de aceite de oliva y en cuanto esté caliente le añadimos las cebollas. Doramos a fuego medio, para evitar que se nos quemen, hasta que estén transparentes. Añadimos una cucharada de tomillo y reservamos. No le añadimos sal porque las anchoas ya aportan la suficiente.
En cuanto la masa haya doblado su volumen la volcamos sobre una superficie enharinada para darle forma fina y circular. La pasamos a una bandeja cubierta con papel de horno y hacemos un borde a la masa doblando el borde hacia adentro y presionando. Dejaremos reposar durante unos 10 o 15 minutos sin tapar. Pasado este tiempo cubrimos la masa uniformemente con las cebollas fritas y bien escurridas y hacemos un enrejado con las anchoas. Decoramos con las aceitunas negras y horneamos en el horno precalentado a 210º durante unos 15 minutos.
No me diréis que no es una receta sencilla. Deliciosa ya os lo digo yo, así que no hay más que decir salvo que os recomiendo que la probéis.