Mostrando entradas con la etiqueta Cocinando con couchsurfing. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cocinando con couchsurfing. Mostrar todas las entradas

lunes, 14 de septiembre de 2015

Chlodnik y nuestra breve visita a Polonia


Este verano también hemos visitado Polonia. Nos hacía mucha ilusión volver a ver amigos que se habían alojado en casa a través de couchsurfing y habíamos hablado tantas veces de visitarlos que en cuanto tuvimos oportunidad nos fuimos para allá. Sólo fue una semana, muy poco tiempo para ver toda la historia de este hermoso país pero suficiente para visitar algunas de sus más emblemáticas ciudades y de paso conocer algo más de su gastronomía. Fue precisamente en casa de una de nuestras amigas, Kasia, en donde probamos esta deliciosa sopa de remolacha, perfecta para los días de calor. Para prepararla vamos a necesitar:


Comenzamos triturando las remolachas junto con el kéfir o el yogur griego y la nata agria. Lavamos bien el pepino y le quitamos parte de la piel (dejamos algunas tiras verdes). Luego lo cortamos en daditos (si os hace daño porque lo repetís mucho le podéis quitar las semillas y con eso ya no tendremos ese problema) y lo ponemos en un bol. 


Troceamos los rabanitos en bastoncillos y los añadimos a los trozos de pepino. Finalmente picamos la cebolleta y la incorporamos al resto de las verduras. Rociamos todo con el zumo de un limón y lo removemos bien para que se impregnen del zumo.


Incorporamos las verduras a la crema de yogur, nata y remolacha y removemos bien. Añadimos un buen puñado de eneldo bien picado y lo dejamos en la nevera para que se enfríe bien (mejor si lo preparamos la noche anterior)


A la hora de servir podemos acompañarlo con un huevo duro cortado en cuartos y con unas rodajas de pepino y rabanito. Añadimos un poco más de cebolleta y eneldo y listo para servir. Tenemos un plato sencillo, muy colorido y fresquito para el verano. Además, está delicioso así que no dejéis de prepararlo.


Como contaba al principio sólo estuvimos en Polonia una semana, muy poco tiempo para descubrir este enorme país pero como nuestro principal objetivo era visitar a viejos amigos que habían estado en casa años atrás disfrutamos un montón de esta escapada. Comenzamos visitando el Monasterio de Jasna Gora, el más importante de Polonia y uno de los más impresionantes.


Tras esta visita recorrimos la conocida Ruta de los Nidos de Águila en la que pudimos visitar numerosas ruinas de castillos medievales.


Para terminar el día visitamos una de las atracciones turísticas más importantes de Polonia, las minas de sal de Wieliczka, inscritas en el Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es una de las minas de sal activa más antigua del mundo y se puede hacer un recorrido a pie por parte de la mina viendo numerosas esculturas de sal.


El día siguiente fue bastante duro ya que visitamos Auschwitz, el tristemente conocido campo de concentración de los alemanes en Polonia. Lo visitamos con nuestra amiga Annia y además de la historia que todos conocemos nos contó que el abuelo de su marido estuvo detenido en ese campo de concentración y que logró huir cuando lo iban a fusilar. Aún se me pone la carne de gallina al pensar las barbaries que se cometieron en ese lugar.


Por la tarde visitamos el pueblo natal de Juan Pablo II, Wadowice en donde se puede visitar la casa en donde nació, justo al lado de la iglesia. Luego nos acercamos al Monasterio de Kalwaria Zebrzydowska, Patrimonio de la Humanidad, en donde se puede hacer un vía crucis por más de cuarenta capillas situadas en un colina. Nosotros sólo visitamos algunas de ellas.


Esa noche disfrutamos de una barbacoa con la familia de Annia y lo pasamos genial. He de decir que nos dieron a probar un montón de platos típicos y por supuesto no faltó la buena cerveza y la mejor compañía.


El día siguiente lo pasamos en Cracovia, una ciudad con miles de rincones llenos de historia y en los que se te pasa el tiempo volando sin poder verlo todo. Es una excusa perfecta para volver y más con tan buena gente como la familia de Annia. Recorrimos su casco histórico, subimos hasta su castillo visitando la cueva del dragón, caminamos por el barrio judío y probamos uno de los chocolates más deliciosos que he comido nunca.


Dejamos la casa de Annia para visitar a otra gran amiga, Johanna pero antes hicimos una parada en otra ciudad Patrimonio de la Humanidad, Wroclaw, cuyo casco histórico está invadido por pequeños duendecillos que te encuentras en los lugares más insospechados.


Esa tarde la pasamos con Johanna y su marido Omarek en Lodz. Disfrutamos paseando por sus calles y con una deliciosa cena en uno de sus restaurantes favoritos.


Nuestro último día en Polonia fue visitando a Kashia y Andrei en Varsovia. Nos tenían una sorpresa preparada ya que después de comer se nos unió un guía turístico que nos acompañó a visitar el casco histórico de Varsovia. Al final terminamos todos sentados en una terraza del centro y tomando una cerveza bien fría. Lo pasamos genial y por la noche Kashia nos preparó una deliciosa cena en la que me enseñó a preparar el chlodnik.


Como veis lo pasamos genial y lo mejor de todo fue reencontrarnos con amigos que hacía años que nos habían visitado a través de couchsurfing y con los que congeniamos muy bien.  Este ha sido un viaje muy deferente a lo que acostumbramos ya que nuestra prioridad era pasar tiempo con ellos así que seguro que volveremos.

lunes, 18 de febrero de 2013

Empanadas criollas

La semana pasada hemos vuelto a recibir a una pareja de couchsurfing (si queréis saber de qué va el couchsurfing podéis leer esta entrada que hice hace algún tiempo) Nos encanta recibir a gente en casa y en esta ocasión nos han visitado Emiliano y Florencia, una pareja argentina que se casó el año pasado y que decidieron embarcarse en un largo viaje por Europa.


Son una pareja encantadora que transmiten muy buen rollo y con los que ha sido muy sencillo conversar, nos ha encantado compartir nuestro tiempo, nuestra casa y, sobre todo, nuestra cocina con ellos. Gracias a su visita he aprendido a preparar uno de los clásicos de la cocina argentina.


Lo mejor para hacer las empanadas es preparar la masa y el relleno el día anterior para que se enfríen bien. Comenzamos haciendo la masa.


Ponemos en un bol la harina, la sal, la pimienta y la mantequilla cortada en daditos y a temperatura ambiente. Mezclamos con ayuda de las puntas de los dedos y una vez bien integrados los ingredientes, los volcamos en la mesa y formamos un volcán. Añadimos un poco del agua templada en el centro y vamos mezclándola con la harina con la ayuda de un dedo hasta integrarla completamente. Volvemos a añadir otro poco de agua y repetimos la operación hasta acabar de incorporar toda el agua con la harina. Hay que tener en cuenta que dependiendo del tipo de harina que utilicemos necesitaremos más o menos agua.


Ahora es el momento de amasar bien la masa hasta conseguir que se vuelva elástica. Para ello nos ayudamos de los puños y amasamos de fuera hacia adentro. Si vemos que la masa está algo seca hacemos un agujero en el centro y le añadimos un poco de agua templada y volvemos a amasar. Formamos una bola, la ponemos en un bol y la cubrimos con film transparente para que no se seque. Llevamos la masa a la nevera durante una media hora.


Sacamos la masa de la nevera y la cortamos en cuatro partes, dejamos una parte fuera y guardamos el resto en el bol tapado y lo volvemos a llevar a la nevera. Ponemos la masa sobre la mesa con un poco de harina para evitar que se pegue y la estiramos con la ayuda del rodillo hasta conseguir el grosor deseado (no debemos dejarla demasiado fina porque se nos romperá). Cortamos las tapas con la ayuda de un cortapastas (nosotros hemos usado un aro de emplatar de 12 centímetros). Colocamos las tapas entre papeles de horno para que no se peguen y las colocamos en un tupper o las envolvemos en film para que no se sequen y las llevamos a la nevera para repetir el mismo proceso con cada una de las partes de la masa.


Ahora es el momento de preparar el relleno. Para ello necesitamos los siguientes ingredientes:


Ponemos una olla con un chorrito de aceite y le añadimos la carne picada. Le damos un par de vueltas y le añadimos el pimiento bien picado. a continuación le añadimos la cebolleta (incluyendo la parte verde) y las cebollas bien picadas. Salpimentamos, añadimos el pimentón, el perejil picado y una pizca de comino y dejamos cocinar a fuego medio hasta que el jugo que suelta se reduzca tres cuartas partes. En último lugar añadimos las aceitunas en rodajas y los huevos duros troceados. Sacamos el relleno del fuego y dejamos que se enfríe completamente (mejor de un día para otro)


Una vez bien frío el relleno y las tapas procedemos a  rellenar la empanada y para ello Flor me ha dado un truco muy bueno. Doblamos la tapa por la mitad y presionamos bien las esquinas. abrimos la tapa sobre la mano y rellenamos la empanada. Con los dedos sellamos bien los bordes de la la empanada para proceder al repulgue típico de la empanada criolla (el  repulgue es el cierre decorativo de la empanada)




Precalentamos el horno a 200º y colocamos las empanadas sobre una placa cubierta con papel para horno. Metemos las empanadas en el horno unos veinte minutos o hasta que veamos que están doraditas. 


Para evitar que la masa se reblandezca, dejamos que se enfríen sobre una rejilla.


La verdad es que dan algo de trabajo pero el resultado bien vale la pena ese pequeño esfuerzo. Para que no se nos haga tan laborioso podemos hacer la masa y el relleno un día y al día siguiente rellenar las empanadas y cocinarlas.


Estas empanadas quedan increíblemente jugosas y están aún más buenas al día siguiente (doy fe) Con la cantidad de masa y de relleno que preparamos salieron tres docenas de empanadas criollas así que es uno de esos platos fantástico para invitar a la familia y los amigos mientras compartimos un delicioso y típico mate.


lunes, 7 de mayo de 2012

Una típica cena austriaca


Este fin de semana nos han visitado con couchsurfing desde Austria. Me encanta conocer gente nueva con otros estilos de vida totalmente diferentes al mío. Las dos chicas que nos han visitado trabajan durante el invierno en una estación de ski y aprovechan el verano para viajar. Hemos estado hablando de sus planes y nos han comentado que no tienen ninguno, que no saben a dónde van a ir, lo único que tienen claro es que van a viajar durante el verano o hasta que se les acabe el dinero. Yo sería totalmente incapaz de hacer algo así porque soy muy organizada y me gusta saber qué voy a hacer, cuándo y dónde.
Bárbara y Eva nos han preparado una deliciosa cena y me han dado la receta para publicarla en el blog. Espero que os guste esta típica comida austriaca.
De primero nos sirvieron una rica ensalada de tomate (Tomatensalat) y de segundo un plato muy típico de su país, filete de cerdo empanado y acompañado de una guarnición de arroz y guisantes (Wiener Schitzel vom Schwein) El postre fue una especie de bizcocho con manzanas y azúcar glass muy típico de Viena (Kaiserschmarren)



Tomatensalat
  • 3 tomates
  • ½ cebolla
  • sal y pimienta
  • 3 cucharadas de vinagre
  • 1 cucharada de azúcar glas
  • 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
  • ½ vaso de agua
Se cortan los tomates en lonchas y se pica la cebolla pequeñita. Se ponen en un cuenco hondo y se salpimentan. Añadimos el vinagre, el agua, el aceite y espolvoreamos todo con el azúcar glas. Removemos bien y servimos.



Wiener Schitzel vom Schwein
  • 1 o 2 filetes de cerdo por persona
  • sal y pimienta
  • 2 huevos
  • harina
  • pan rallado
  • 1 cucharada de leche
  • 1 vaso de arroz
  • 200 gr de guisantes
  • 50 gr de mantequilla
  • limón
Salpimentamos los filetes y los empanamos pasándolos primero por harina, luego por huevo batido con un chorrito de leche y por último por el pan rallado.
Antes de poner la sartén para freír vamos a preparar el arroz con guisantes. Ponemos un vaso de arroz a hervir en tres vasos de agua con sal. Cuando esté a punto de hacerse añadimos los guisantes congelados y removemos bien.  En cuanto esté hecho el arroz, escurrimos y añadimos un buen trozo de mantequilla.
Es el momento de freír los filetes en abundante aceite (ellas lo hicieron en aceite de girasol pero yo preferiría que se hiciera en aceite de oliva). Servimos un filete o dos por persona acompañado del arroz con guisantes y un cuarto de limón.




Kaiserschmarren
  • 185 gr de harina integral
  • 400 ml de leche entera
  • 6 huevos
  • 1 pizca de sal
  • 2 manzanas verdes
  • 100 gr de azúcar glas
  • Azúcar glas para espolvorear
  • 100 gr de mantequilla
  • 3 cucharadas de aceite de girasol
En un bol grande montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal.
En un recipiente a parte mezclamos la harina y el azúcar tamizadas con las yemas de huevo y la leche.
Una vez montadas las claras a punto de nieve las unimos con la mezcla anterior con movimientos envolventes para evitar que se nos bajen las claras.
Cortamos las manzanas en cuadraditos y ponemos una sartén grande, que tenga tapa, al fuego. Añadimos el aceite y la mantequilla.
Una vez fundida la mantequilla incorporamos la mitad de la masa a la sartén, añadimos los trozos de manzana y cubrimos con el resto de la masa. Lo dejamos a fuego medio-bajo con la tapa puesta durante unos 15 minutos.
Una vez transcurrido el tiempo lo removemos todo (como si hiciéramos huevos revueltos y volvemos a dejarlo otros 5 minutos con la tapa hasta que empiece a dorarse.


Este postre se sirve caliente con azúcar glas espolvoreada por encima.



Está delicioso así que ya me contaréis qué os parece esta típica comida austriaca. Aquí os dejo una foto de Bárbara y Eva muy atareadas preparándonos la cena.


lunes, 23 de enero de 2012

Kotlet Drobiowo-Pieczarkowy (pollo con champiñones)


Con esta receta voy a crear una nueva etiqueta en el blog a la que llamaré cocinando con Couchsurfing.
Para los que no me conocéis, mi marido y yo somos unos grandes amantes de los viajes y siempre que podemos nos pegamos una escapadita. Desde hace bastantes años organizamos nuestros propios itinerarios y para ello nos servimos de guías de viajes, webs y, sobre todo,  foros y blogs de viajeros. Gracias a estos últimos conocimos una forma nueva de viajar de la que no había oído hablar y que por desconocimiento no me atrajo en un principio. Tras mucho hablar mi marido me convenció para probar una vez y desde entonces no me arrepiento para nada.
Os hablo de COUCHSURFING. Si buscáis algo de información en Wikipedia os dirá que es un servicio de hospitalidad en línea, aunque algunos lo confunden con alojamiento gratuito. El alojamiento es sólo una de las opciones. Aquí se puede conseguir mucho más ya que las personas que viven en el lugar que vas a visitar y que conocen la realidad de la ciudad os podrán aconsejar de lo que visitar, dónde comer, cómo moverse, cosas curiosas para ver y que no se encuentran en las guías de viajes, etc.
Nosotros llevamos algo más de dos años y hemos tenido alrededor de 25 experiencias, tanto en casa como en lugares que hemos visitado. Tengo algo de tiempo libre por lo que muchas veces les sirvo de guía turística, lo que me ha hecho cambiar mi visión de la isla en la que vivo ya que he vuelto a descubrir los maravillosos paisajes de Gran Canaria a través de sus ojos. Vivimos en un paraíso y muchas veces no nos damos cuenta.
Os animo a que visitéis nuestro perfil para que así podáis conocer un poco más de couchsurfing a través de nuestra experiencia.
Este año he decidido que todo el que me solicite alojamiento debe participar en el blog de cocina con una receta de su país y Agnieszka ha tenido el privilegio de inaugurar la sección de cocinando con couchsurfing.
Agnieszka es una chica polaca, que vive en Varsovia y que ha pasado este fin de semana visitando la isla con nosotros. En cuanto decidimos aceptarla en casa le escribí comentándole lo de la receta para el blog y nos reímos mucho ya que me dijo que aunque no era muy buena cocinera iría a casa de su madre a tomar buena nota de una receta típica del sur de Polonia, de donde es su familia.
El domingo, como despedida, nos preparó para cenar una receta de pollo con champiñones y he de decir que me sorprendió pues a pesar de que a mí no me gustan mucho los champiñones repetí.


Ingredientes para 4 personas:
  • 2 pechugas de pollo
  • 3 huevos
  • 200 gr de champiñones
  • 3 cucharadas de fécula de patata
  • 1 cebolla pequeña
  • 3 cucharadas de jugo Maggi
  • perejil
  • sal
  • pimienta
Comenzamos la receta troceando el pollo y los champiñones en daditos. Los ponemos en un bol grande e incorporamos los tres huevos, las tres cucharadas de fécula de patata y las tres cucharadas de jugo Maggi.



Picamos finamente la cebolla y un buen puñado de hojas de perejil y se lo añadimos a la mezcla anterior.

Es el momento de salpimentar nuestra masa. Lo removemos todo bien hasta que todos los ingredientes queden completamente integrados.

Precalentamos una sartén o una plancha y le añadimos un chorrito de aceite de oliva. formamos pequeñas hamburguesa de pollo con champiñones. No deben se muy gruesas para que se cocinen bien.

Para que se hagan bien y no queden crudas en el centro debemos hacerlas a fuego medio.
A la hora de servir es típico acompañar estos filetitos de ensalada.


Espero que probéis esta nueva receta, traída desde Polonia, y que me dejéis un comentario en el blog para saber qué os ha parecido. Hasta la próxima receta. Gracias por vuestro tiempo.


P.D. Agnieszka, gracias por este fin de semana tan divertido, espero que la próxima vez que nos visites no hagas caso a los que te han dicho que dos días son suficientes para conocer esta maravillosa isla. Seguro que nos volveremos a encontrar, aquí o en Polonia.